Políticas de Empresa (Avance relato)

Introducción:

La de hoy va a ser una publicación atípica por varios motivos. La primera es por la celebración del primer mes de la inauguración del blog y para celebrar esta efímera efeméride quiero hacer algo que nunca había hecho hasta ahora y es publicar el inicio del nuevo relato en el que estoy trabajando. Creo que es algo curioso el ver el proceso de creación y cambio de los relatos que vamos acometiendo los aficionados a la escritura en nuestros escritos. Y para acercar a todo el mundo a este proceso quiero mostrar parte del trabajo del que será mi nuevo relato y que espero os guste. Seguramente en la publicación definitiva, que será dentro de unos días, habrá cambios e intentos de mejora y de cohesión, pero para ello muestro este pequeño avance, para ver lo que una idea original puede cambiar cuando esta avanza y te dejas llevar por el desarrollo de la historia. Espero y agradezo vuestros comentarios para saber si esta historia es de vuestro interés o no, aunque ya os adelanto que la terminaré sí o sí, pero siempre estoy abierto a vuestros consejos y opiniones.

Política de Empresa (Adelanto del relato):

El eco apagado del micrófono de la sala de espera recitando mi nombre hizo que un escalofrío recorriera mis manos. Generalmente soy de esas personas proclives a que las manos le suden en una abundancia fuera de lo normal. Por este motivo he sentido miedo en  ocasiones de índole social al ver una mano alargarse hacia mí en un claro gesto de saludo o presentación formal. En estas situaciones mis manos han comenzado a humedecerse como si hubieran sido colocadas debajo de un grifo con el agua caliente a medio abrir y la humedad y el vapor provocado por éste calor se mezclaran convirtiendo mis extremidades en una masa de carne pegajosa e incómoda.  Y tras escuchar mi nombre recitado por segunda vez a través de los altavoces que tapaban las esquinas de aquel lugar me di cuenta de que aquella iba a ser una de esas ocasiones de sudoración inesperada.

— Salas, Damián Salas. Por favor, pase por la oficina número 17 a recibir instrucciones para su entrevista de trabajo.

La voz  que reclamaba mi presencia era de una dulzura tal, que mi apellido sonó como un silbido musical al que reaccioné levantándome de un salto de mi asiento, como si hasta entonces hubiera estado bajo el efecto de algún trance y mi nombre susurrado por el pasillo fuera la palabra mágica que me despertara.

Pero aquel trance no había comenzado en el momento que aporté mis datos en recepción y que, con una amabilidad de manual, me mandaron a esperar  mi turno sentado en aquel pasillo de tubos fluorescentes de luminosidad  radiante y de sillas tan pulcras que uno creía que sentarse en ellas sería como mancillarlas.

 Toda esta  especie de ensoñación empezó hace alrededor de una semana atrás. Para ser más exactos comenzó la madrugada del viernes al sábado de hacía exactamente nueve días. Tras mi reciente despido de mi anterior empleo decidí pasar una tarde demasiado alargada con  mi amigo y compañero de correrías nocturnas Ramón Cabanellas para, junto a él y su casi legendario aguante alcohólico, ahogar mi reciente pérdida laboral en efluvios etílicos de dudosa calidad. Para alcanzar esta amnesia deseada acudimos a un bar que  era todo lo contrario al edifico en el que me encontraba. Olía a colillas secas de cigarrillos consumidos en la clandestinidad de la noche y a cerveza barata derramada por discusiones de bocas pastosas y faltas de vocalización. Pero  en aquel momento no nos importaba nada el aspecto de aquel sucio tugurio. Absortos en nuestra misión etílica, fuimos trayendo a la mesa uno tras otro y, acompañados de una ingente cantidad de copas y sonoras risotadas,  antiguos recuerdos felices para olvidar con ellos otros más recientes y dolorosos cuando, de repente, a Ramón se le iluminó el rostro, se levantó de la silla que parecía que hasta ese momento nos tenía anclados al whiskey y a los cacahuetes de bolsa  y con una voz clara y  sorprendentemente ausente de embriaguez me dijo:

— Damián, acabo de acordarme de la que va a ser la solución a todos tus problemas.

Yo le miré todo lo recto que las consecuencias de aquella larga tarde de copas me permitieron.

— Vamos hombre, sabes que los tiempos de lámparas mágicas y de milagros de pastorcillos y cavernas hace tiempo que se  acabaron.  Tengo cuarenta y ocho años y acabo de perder mi empleo así que en vez de buscar soluciones dudosas a problemas reales, lo mejor será que los dos nos vayamos a dormir y mañana intentemos verlo todo con más claridad —le contesté mientras mis pupilas entablaban una batalla perdida de antemano para mantenerse estáticas  y parecer así  lo más sereno posible.

Él arrastró sus labios hacia la izquierda mientras se mordía la punta de la lengua como si mi respuesta le hubiera indignado y ofendido sobremanera.

— Te lo digo totalmente en serio, es más, es lo más serio que he dicho en mucho tiempo. La empresa en la que trabajo busca un nuevo empleado y creo que das el perfil perfecto para este empleo —me dijo a la vez que, con rápidos movimientos, se sacaba una tarjeta plastificada de la chaqueta y alargaba el brazo para, con un giro lento y estudiado de muñeca, ofrecérmela como si fuera una reliquia perdida —. El próximo lunes es la entrevista, aquí tienes la dirección y el número de teléfono, pero no te preocupes por nada, yo hablaré por ti. Tú solamente preséntate a primera hora de la mañana con un traje oscuro, corbata oscura y camisa a juego. Vestido así y de ninguna otra manera, parece una tontería pero es algo muy importante. Puede que sus métodos te resulten algo peculiares pero tranquilo, el sueldo es excelente y lo demás digamos que es… —se detuvo un momento mientras con su dedo índice comenzó a frotarse la nariz con vehemencia, como si aquel gesto le ayudara a recordar  las palabras exactas que parecían estar escondidas en su garganta—. Digamos que es su política de empresa.

Tras dedicarle a mi amigo unos torpes parpadeos y, asimilar a un ritmo sosegado la información que acababa de proporcionarme, miré la tarjeta que tenía sujeta con ambas manos. Era blanca e impoluta y no se distinguía en ella doblez alguna,  como si fuera  un objeto frágil en apariencia pero imposible de doblegar en la realidad. Tampoco se veía un teléfono de contacto para poder concertar una cita o preguntar una incidencia, solamente rezaba en ella una dirección, por cierto bastante cerca de mi apartamento,  y en la que, con una letra de una negrura elegante  que parecía danzar con sus formas curvas y redondeadas, se podía leer:

CONGLOMERADO DE EMPRESAS

“EL ESPEJO”

SOMOS EL FIEL REFLEJO DE NUESTROS CLIENTES

Continuará…

Fer Alvarado

6 comentarios en “Políticas de Empresa (Avance relato)

  1. Que interesante! Ni idea de que tipo de trabajo vas a realizar?
    Pues la idea muy buena, mi interes lo has despertado. Respecto al principio del relato, con un – Se me heló el sudor en las manos.. Habría bastado jajajajajajaja. Desarrollalo porque promete ser un gran relato, como todoshttps://www.guioteca.com/fenomenos-paranormales/la-verdadera-historia-de-horror-y-espanto-detras-de-la-pelicula-el-conjuro/ los tuyos.
    Tengo mucho interés en ver los cambios y como lo vás hilando hasta el resultado final.

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    • Muchas gracias Cristina!! La planificación la tengo muy avanzada y creo que en esta semana o la siguiente a muy tardar puede estar listo. Ahora a ver si soy capaz de cumplir las expectativas generadas que espero que si. Gracias por comentar y por leer este inicio de relato.

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  2. Me parece una idea fantástica que nos enseñes el comienzo de tu idea… pero me pasa como con las series jajaja quiero más. Por favor, que pase la semana pronto, necesito el siguiente capítulo 🤣🤣

    Ahora me dejas con mucha intriga de a qué empresa ha ido a hacer la entrevista. Tus descripciones son impecables y nos llevas al lugar donde se encuentra Damián y cómo se encuentra en todo momento a la perfección. Muy buen comienzo.

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    • En próximos capítulos de… 😂😂😂. Espero tenerlo acabado y listo para enseñar lo antes posible, creo que no tardaré mucho tiempo en publicarlo al completo así que ya me dirás qué te parece todo el relato. Ahora espero no defraudar ☺️. Gracias por comentar siempre.

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  3. ¡ Vamos por el mejor camino que hubieras podido tomar, para describir de manera magnifica aun los pequeños detalles! Has creado por lo menos en mi caso como lector distintas sensaciones; pesadumbre por el trabajo perdido del protagonista-tan común, hoy-; comprensión de ponerte borracho como un cubo y suspenso; por lo que te deparara esa «entrevista blanca»…Excelente. Un cordial saludo.

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    • Muchísimas gracias por tus palabras de verdad. Espero poder tenerlo al completo a muy tardar la semana que viene y sobre todo cumplir con las expectativas que este inicio parece que ha generado. Muy agradecido de que me leas y comentes, un gran saludo.

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