Volátil / La Sed / Sola…

Tres microrrelatos variados para esta semana.

Introducción:

Me gusta experimentar dentro de mi narrativa. Probar cosas nuevas, nuevos métodos de escritura e intentar siempre reinventarme, crecer y evolucionar. Para ello, he descubierto que el microrrelato es un formato que me ayuda aún más a conocerme a mí mismo. Es una forma directa de encontrar lo que sientes y lo que quieres expresar y plasmarlo en el papel. Para mí me he dado cuenta, de que el microrrelato a día de hoy es mi línea recta, mi camino directo, mi palabra elegida y mi piedra filosofal. No hay desvíos, no hay curvas, no hay nada más que lo esencial. La sencillez llevada al contar historias.

Y hoy traigo tres micros distintos entre sí, en los que he intentado jugar con los distintos géneros que me gustan y en los que me siento más (in)cómodo escribiendo. «Volátil» fue un intento de iniciar un micro de humor y acabó sin rastro de risa llenándose de sombras e intentando hablar de comprensión, indecisión y ante todo de cambio. «La Sed» trata sobre la obsesión y sobre la idea equivocada o no de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Y para terminar este menú de micros,»Sola…» ha sido un nuevo acercamiento al género de terror después de mucho tiempo en un intento de no oxidarme en un tipo de narrativa que me encanta. Como siempre espero que os gusten y estaré más que encantado de compartir comentarios y opiniones:

VÓLATIL

Tras aquel cristal colmado de inmundicia pudo ver las calles desiertas, pudo  degustar el silencio obligado por la ausencia y se mojó los labios para notar en su garganta  el sabor de la soledad y la calma reinante. En ese instante de paz, después de años de paredes cercanas y de pieles lejanas, aquel agorafóbico se sintió comprendido, se acercó a la abandonada puerta de su hogar y  tuvo la irrefrenable necesidad de volver a salir al exterior.

Fer Alvarado

LA SED

Se levantó con los ojos cargados de recientes sueños que, al no esforzarse por retenerlos, pronto se enmohecieron amontonándose en ceniza. Se incorporó, se calzó únicamente con un par de calcetines de pasado blanco y de presente ennegrecido y  bajó las escaleras al ritmo de la  inercia y de la costumbre.

Su objetivo, su único objetivo de cada mañana, era alcanzar la tierra de nadie que era su cocina, atrincherarse entre los apolillados muebles que le resguardaban del exterior y abstraerse entre los efluvios cargados de nostalgia  que emanaban de su recalentada taza de café. Su muñeca agarró con fuerza la cucharilla y, borracha de insaciable melancolía, giró y giró en un deboulé  casi sempiterno que  provocó remolinos de tiempo en aquel líquido elemento. Un aroma ascendió hasta su memoria tranportándole a  verdes prados y a incontables carreras tras los vuelos tentadores de una  falda que le invitaba a acercarse, a risas enterradas en silencios posteriores y a cabellos moldeados primero por el viento y después por las caricias de sus manos.

La cucharilla se topó con el borde de la porcelana rompiendo aquel trance. Dejó el café sobre la encimera y, antes de girarse y volverse hacia las escaleras, observó sus manos vacías del tacto perdido. Se acabó marchadno convencido de que a la mañana siguiente y a la misma hora, volvería a bajar a la tierra de nadie que era su cocina,  volvería a atrincherarse en ella y volvería  a calentar aquella taza de café para enfriarla bajo sus manos y sus recuerdos. El aroma, se había perdido; el sabor, apenas lo recordaba; estaba ensimismado en su dosis de diaria melancolía  pero, como cada día,  se marcharía  sin ni siquiera haberse mojado sus sedientos labios en aquel, aunque fuera por un instante, humeante y delicioso café.

Fer Alvarado

SOLA

Mientras aquella aspirante a escritora acariciaba las teclas de su portátil buscando una melodía narrativa que no llegaba, la puerta de su habitación decidió abrirse por cuenta propia dejando adentrarse en la estancia una corriente de escarcha. Inmiscuida en encontrar las ansiadas  palabras para su relato dejó caer un indolente “pase y siéntase como en casa” que fue respondido por un susurro ininteligible ausente de cuerpo y carne. Ella se giró creyendo ver el reflejo de una sombra sin rostro  en la pantalla de su ordenador, aquella mañana en la televisión informaron que, por culpa de aquel incidente, nadie podía salir de sus casas pero en ningún momento dijeron quién o qué podría entrar.

Fer Alvarado

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5 comentarios en “Volátil / La Sed / Sola…

  1. Muchísimas gracias! Siendo sincero es también mi favorito de esta tanda y en el que más trabajo y empeño he puesto. Así que ni imaginas lo que me alegra leer tu crítica sobre el mismo y saber que lo que quería expresar se entiende y llega de esa manera. Gracias por tu comentario y por leerme, un gran saludo!

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  2. Excelente tu narrativa Fer. Sabes captar la atención y mantenerme dentro de la narración. Los detalles son excelentes. También me encantó La sed, los demás también son muy buenos, pero me quedo con la sed 🙂 Un abrazo y cuídate mucho. Omar

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    • De nuevo coincidimos con el relato Omar. También creo que «La Sed» es mi relato más logrado de esta tanda o al menos del que más satisfecho me siento. Muchísimas gracias por tus palabras, para mí es todo un placer tenerte por aquí. Un abrazo y cuídate mucho también.

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